martes, 7 de abril de 2009

Ojalá



Ojala que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan, para que no las puedas convertir en cristal. Ojala que la lluvia deje de ser el milagro que vaga por tu cuerpo, ojala que el deseo se vaya tras de ti. Ojala que la tierra no te bese los pasos. Ojala se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojala pase algo que te borre de pronto una luz segadora, un disparo de nieve. Ojala por lo menos que me lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones. Ojala que no pueda tocarte ni en canciones. Ojala que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda, ojala que tu nombre se le olvide esta voz. Ojala las paredes no retengan tu ruido de camino cansado, ojala que la luna pueda salir sin ti. A tu viejo gobierno de difuntos y flores. Ojala se te acabe la mirada constante la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojala pase algo que te borre de pronto una luz segadora, un disparo de nieve. Ojala por lo menos que me lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones ojala que no pueda tocarte ni en canciones.